Vergüenza, perfeccionismo y autoestima en mujeres

La vergüenza

La vergüenza es un sentimiento hacia nosotr@s mism@s que nos dice que no somos  suficientemente buen@s. El perfeccionismo nos dice que no somos suficientemente buen@s si no alcanzamos la perfección, por lo que personas perfeccionistas sienten vergüenza frecuentemente.

Tod@s hemos sentido vergüenza alguna vez. Las únicas personas que no sienten vergüenza son las que no tienen capacidad para la conexión emocional o la empatía. La vergüenza correlaciona altamente con adicciones, depresión, violencia y agresión, bullying o intimidación, suicidio y trastornos alimentarios.

Está organizada por géneros. Hombres y mujeres sentimos vergüenza de la misma manera pero ante cosas distintas. Eso es porque las normas para hombres y para mujeres no son las mismas.

James Mahalik, psicólogo del Boston College, e investigador sobre la masculinidad y la feminidad,  preguntaba qué características debía tener una mujer para ajustarse a las normas femeninas. Las respuestas más frecuentes en EE.UU son:  ser guapa, delgada, modesta, y sacarse el mejor partido en su apariencia. ¿Y los hombres? Mostrar control emocional, que el trabajo sea lo primero, lograr status social y el uso de la violencia. Nosotras creemos que estas respuestas podrían extrapolarse a España.

Las mujeres sentimos vergüenza cuando no somos capaces de hacerlo todo, de hacerlo perfectamente, y sin sudar.  Es  decir, las mujeres sentimos vergüenza cuando no somos supermujeres. El modelo actual de mujer trabaja fuera de casa, dentro de ella, tiene hij@s, va al gimnasio, queda frecuentemente con sus amigas, tiene un físico increíble (tanto que tiene que recurrir a la cirugía para conseguirlo)  y siempre tiene ganas de hacer el amor con su pareja.  Se nos pide que seamos independientes, pero apegadas a l@s nuestr@s, cariñosas, autónomas, organizadas, y relajadas.  Todo a la vez, expectativas contradictorias e irreales, y desde luego inalcanzables.

Para los hombres, lo más vergonzoso es ser percibido como débil.  La vulnerabilidad en un hombre no está permitida (ni se la admiten ellos, ni se la admitimos nosotras).

La vergüenza es un lastre que no te deja hacer cosas, es uno de los sentimientos que más tratamos de evitar  en nuestra cultura.  La vergüenza hace que nos hagamos pasar por quienes no somos, que nos ocultemos.

Perfeccionismo y autoestima en mujeres

Pero centrémonos en la vergüenza de las mujeres. Como hemos dicho anteriormente las mujeres sentimos vergüenza cuando no podemos llegar a todo, o cuando no hacemos las cosas perfectamente.  Hacer las cosas de manera perfecta exige una inversión de energías y de tiempo muy considerable.  Pero merece la pena porque somos capaces de cualquier cosa con tal de evitar sentir vergüenza y evitar nuestras propias críticas.

El perfeccionismo

El perfeccionismo, además de ser un lastre para las cosas que hacemos es un impedimento para hacer otras muchas. Como el perfeccionismo nos dice que cometer un error significa que no valemos lo  suficiente, evitamos cometerlos. Cualquier aprendizaje nuevo supone cometer errores así que el perfeccionismo puede hacer que no me apunte a clases de cocina, de inglés o de baile si no lo he hecho nunca.

Perfeccionismo y autoestima en mujeres son inversamente proporcionales. Si no me ajusto a las normas de feminidad imperantes y no soy una supermujer no valgo lo suficiente. Si cometo errores tampoco y me autocritico duramente. Esto hace que nuestra autoestima se resienta.

La autoestima

Por eso los grupos de autoestima para mujeres son una herramienta muy eficaz para valorarse. Cuando nos damos cuenta de que no hay una manera de ser mujer, sino tantas como mujeres, y que los modelos impuestos no tienen que ver con nosotras sino con el sistema en el que vivimos, nos sentimos libres de ser quiénes somos y dignas de aprecio y valoración. Nos damos cuenta de que no nos pasa nada malo ni raro, que estamos bien como estamos,  que somos estupendas tal y como somos y que lo que esperen los demás de nosotras es su problema.

“Muéstrenme una mujer que realmente pueda sentarse ante un hombre vulnerable y con miedo, y les mostraré a una mujer que ha hecho un trabajo increíble. Muéstrenme un hombre que pueda sentarse con una mujer que no pueda con todo, que no da más de sí, y que realmente escucha, y les mostraré a un hombre que ha hecho un trabajo increíble”.  (Brené Brown, investigadora de la vulnerabilidad,  la valentía y la vergüenza)

Fuente: Brené Brown, y otr@s.

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