¿Por qué se culpabiliza a las víctimas?

Culpabilizar a las víctimas o victim blaming es un fenómeno que se da sobre todo cuando los agresores son varones de género masculino. Hoy queremos reflexionar sobre factores que contribuyen a ello.

En mayo de 2013 distintos medios publicaron la noticia de que se había rescatado a tres jóvenes que habían sido secuestradas 10 años atrás.

Lo primero que llama la atención es la manera de tratar la noticia de distintos diarios.

Las chicas no desaparecieron, las secuestraron. Las chicas estaban desaparecidas hasta que aparecieron y se supo que habían sido secuestradas. Este dato ya debería aparecer en la noticia.

Lo siguiente que nos llama la atención son los comentarios de las personas que leen la noticia. Hemos recuperado algunos de los comentarios vistos en la página de Diario Público.

comentariosY nos llama la atención qué l@s lector@s culpabilicen a las víctimas de no haberse liberado antes o insinuando que ellas colaboraron de alguna manera con el secuestrador.

Por eso hemos decidido reflexionar sobre este fenómeno de culpabilización de las víctimas de un secuestro, violación o maltrato e intentar entender los factores implicados en ello.

El primero de ellos es el machismo. El machismo justifica las agresiones realizadas por varones de género masculino, las normaliza e incluso las alienta. Entiende que la violencia (y más si es sexual) forma parte de la naturaleza, los instintos de un hombre. Pero no solo hace eso. También afecta a cómo percibimos a las víctimas.

Según un estudio publicado en 2013, la cosificación sexual no solo afecta a violador y víctima, sino que es parte de una cultura machista que afecta también a los «observadores». Hace que se perciba a las víctimas como responsables de su agresión y se minimice el sufrimiento percibido en ellas.

Se daña a las víctimas doblemente, primero porque se les considera objetos a los que violar, o agredir sin remordimiento porque son “cosas”, y además se les culpa de la agresión sufrida, de no haber hecho lo suficiente, etc.

También se tiende a culpar a las víctimas como mecanismo psicológico de protección. Nos gusta pensar que vivimos en un sitio seguro y que a nosotr@s no nos hubiese pasado lo mismo. Preferimos pensar que podríamos haber hecho algo para evitar el daño. Culpar a alguien es, de alguna manera, dotarle de control sobre la situación. Así empezamos a pensar que la víctima “no ha hecho…” o ” ha hecho…” . Nos resistimos a pensar que no tenemos control ante determinadas situaciones.

Otro factor que influye en la culpabilización que se hace a las víctimas, tiene que ver con el desconocimiento de los factores psicológicos implicados en este tipo de casos, así que vamos a intentar explicar algunas cosas:

  • Cuando nuestra supervivencia está en juego, o creemos que lo está, una respuesta normal es la ansiedad, el miedo. El miedo nos prepara para una respuesta de huida, lucha, sometimiento o paralización, en función de la situación. La respuesta de huida se activa si ésta es posible. Si la huida no es posible o creemos que podemos vencer se activará la respuesta de lucha. Si no podemos huir ni vencer, nos someteremos o nos paralizaremos.
  • Está demostrado que cuando le adjudicamos a otra persona un rol de autoridad (y después de algunas palizas, y de que te castiguen sin comer o te violen  eso se consigue fácilmente), somos capaces de hacer y aguantar muchas cosas. Un ejemplo de esto sería el experimento de autoridad de Milgram.
  • Y también está la indefensión aprendida de Seligman, por la que tras un número de intentos infructuosos de cambiar nuestra situación (variable para cada persona), aprendemos a comportarnos pasivamente. Tenemos la sensación de no poder hacer nada y dejamos de responder aunque aparezcan oportunidades reales de cambiar situaciones aversivas.  Aprendemos (o nos enseñan) a dejar de creer en nuestra capacidad de controlar la situación.
  • Los seres humanos tenemos una capacidad sorprendente para adaptarnos a nuestro entorno.  Y somos seres sociales, así que por supervivencia, somos capaces de establecer lazos sociales y emocionales con casi cualquier cosa, incluida, nuestro secuestrador. Pero, ojo, que establecer vínculos emocionales no significa, que en algún momento perdamos de vista que hemos sido secuestradas o que estamos allí en contra de nuestra voluntad.

Con esta explicación queremos poner nuestro grano de arena para que se evite la doble victimización, cuando no se ha podido evitar la primera. Es importante que la sociedad deje de culpar a las víctimas o dudar de su testimonio si queremos un lugar más seguro para tod@s.

Referencias:

Steve LoughnanAfroditi PinaEduardo A. Vasquez and Elisa Puvia. Sexual Objectification Increases Rape Victim Blame and Decreases Perceived Suffering Psychology of Women Quarterly 0361684313485718, first published on April 16, 2013 doi:10.1177/036168431348571

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