No puedo olvidar a mi ex. Cuando un final no acaba nada

Cuando una relación en la que teníamos puestas muchas expectativas se termina, no es fácil despedirse de ella. Como dice Fangoria, «un final no acaba nada» y tenemos la sensación de que no podemos superarlo ni olvidar a nuestr@ ex.

Habitualmente se trata de una relación por la que apostábamos aunque no funcionase o tuviese muchos problemas. Hemos invertido muchas energías en ella y tenemos la sensación de haber dado más y haber querido más que la otra persona.

En esas circunstancias, suelen aparecer las «fantasías de reconciliación».  Son deseos y ensoñaciones en los que la otra persona vuelve pidiéndonos perdón por el daño que nos ha hecho, dándose cuenta del tremendo error que ha cometido al apartarse de nuestro lado y pidiendo, más bien suplicando, otra oportunidad. En muchos casos esa fantasía incluye una primera respuesta negativa por nuestra parte, «ahora es tarde», como venganza o protección ante el daño que la otra persona nos causó. Pero esa negativa se puede convertir en un «si» (en nuestra cabeza, claro) pasado un tiempo de penitencia en el que nuestra ex-pareja ha pagado por  sus pecados pasados.

Son muchas las películas, canciones que fomentan estas fantasías. Pero lo que las alimenta fundamentalmente es nuestro orgullo. En lugar de aceptar el hecho de que quisimos a alguien que no nos quiso tanto (y quizá ese fue nuestro error, o no), preferimos pensar que la que se equivocó fue la otra persona, que no sabía lo que hacía ni por supuesto lo que le conviene (nosotras sí, claro). También están  nuestros deseos de que esa historia funcione. Y no entendemos que las cosas no tienen por qué ser cómo deseamos.

Estas fantasías nos anclan  a una relación que ya se ha acabado y no nos dejan cerrar esa historia esperando un próximo capítulo («un final no acaba nada»). Y cuando nos damos cuenta de esto, pensamos cosas como que estamos enganchad@s  y/o «no puedo olvidar a mi ex».

«Si, eso me pasa a mí. ¿Y ahora, qué?». Pues ahora, si no tienes ningún dato para pensar que la otra persona ha cambiado de opinión respecto a vuestra relación  y todos sus pasos han ido encaminados a alejarse de tu vida, es mejor que dejes de alimentar esas fantasías y que dejes de tener conversaciones en tu cabeza. Empieza por comportarte como si no fuese a volver y como si la ruptura fuese definitiva aunque todavía no te lo creas del todo. Cuando lo hagas,  es muy probable que sientas más tristeza de la que has sentido hasta ahora. Esa será una buena señal. Una señal de que por fin te estás despidiendo de tu relación pasada. Este final sí estará acabando cosas. Y cuando hayas terminado el proceso de despedida (que puede llevarte un tiempo) estarás preparada para continuar. Y un día, cuando menos lo esperes, descubrirás que la energía y la ilusión han vuelto a tu vida.

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