La belleza percibida y el efecto halo.

La belleza es un concepto tradicionalmente asociado a la estética. Tomás de Aquino definía lo bello como aquello que agrada a la vista. Además,  generalmente se admite que la belleza es subjetiva y que depende de los ojos que miran y no del objeto/persona en que se observa. De hecho, lo considerado bello ha ido variando a lo largo de las épocas, culturas, no habiendo un cánon de belleza que se haya mantenido invariable a lo largo del tiempo.

Asímismo el concepto de belleza femenina ha variado desde la Venus de Willendorf en la prehistoria, fuertemente asociado a la maternidad (barriga abultada, cadera ancha y  senos abundantes), a Angolina Jolie (se mantienen los pechos abultados, pero combinados con una delgadez extrema), pasando por Marylin Monroe o Kate Moss. Tradicionalmente, se ha presionado exageradamente a las mujeres para estar bellas.  Es una manera de tenernos controladas, pensar que no valemos para nada más o que es nuestro valor fundamental, e incluso que no valemos tampoco para guapas a no ser que seamos perfectas (esté de moda el cánon que esté), y de paso muchas industrias se forran a costa de crearnos unas necesiadades artificiales y cambiantes (que si cremas, maquillaje, cirugía, peluquería, etc).Belleza afectiva

En los últimos años, el culto a la estética y a la cosmética, esta misma presión y todo lo que conlleva, se está ejerciendo también sobre los hombres. Y los hombres están entrando al trapo. ¿Por qué sacarle el dinero sólo a la mitad de la población si se lo puedo sacar a la población entera?  Han debido pensar que eso era la igualdad que estábamos pidiendo. Bien, pues no, no lo es. No queremos ser esclavas ni queremos que nuestros compañeros lo sean.

Lo que está claro es que el concepto actual de belleza física produce mucha tensión y son muchas las voces y colectivos que no están de acuerdo con éste.

En el artículo, El problema de la belleza real, Proyecto Kahlo, una revista femenina que recomendamos tan alto y tan fuerte como podemos, tratan la belleza de las mujeres, afirmando  que cualquier ideal al respecto es perjudicial.

Otra de estas voces disonantes es la de Dense Jolly, que aboga por redefinir la belleza. Para ello ha creado “Be Beautiful Project”, en el que la artista propone redefinir el concepto de belleza celebrando el propio cuerpo y el reconocimiento de la belleza individual.

Nuestra propuesta también pasa por redefinir el concepto de belleza, pero desvinculándolo de un punto de vista estético. Para nosotras la belleza es un concepto afectivo. Es decir, está ligado al afecto que sentimos por una persona, y ese afecto varía la percepción que tenemos de la belleza de esa persona u objeto. Dicho de otra manera, una persona es más guapa cuanto más la queremos y al revés, las personas que nos caen mal acabamos viéndolas feas.

Que la belleza está en el interior, es algo que muchas personas creen y que  está relacionada con la idea que nosotras defendemos (aunque no son lo mismo).  En 1920, Edward L. Thorndike  acuñó el término “efecto halo”, a raíz de un experimento en el que pidió a algunos oficiales que calificaran a sus soldados y encontró que tendían a formarse opiniones globales, en lugar de realizar análisis variados de los soldados, y que la percepción de una cualidad en una persona influía notablemente en la percepción de las demás cualidades. Nisbett y Wilson, también estudiaron el efecto halo. Pidieron a estudiantes (62 chicos y 56 chicas repartidos aleatoriamente en grupos de 6-17 personas)  que calificaran el aspecto físico, los gestos e incluso el acento de un profesor tras ver una cinta de vídeo donde dicho profesor se comportaba de una manera fría-distante o cálida-amable respectivamente (los gestos y el acento se mantuvieron igual en las dos grabaciones). Los resultados  (no disgregados por sexos) fueron que l@s estudiantes que vieron el vídeo del profesor mostrando un comportamiento cálido y amable, lo evaluaron como más atractivo físicamente que l@s estudiantes que visionaron el otro vídeo. Otro resultado fue que l@s estudiantes pensaban que en su evaluación del atractivo físico del profesor no había influido el comportamiento de éste.

¿Qué podemos extraer de esto? Que la belleza/atractivo es un compendio de cualidades (no tangibles) que otr@s nos atribuyen dependiendo de que les caigamos bien o mal, y no le podemos caer bien a todo el mundo. Que si alguien nos quiere nos verá guap@, y cuando nos deje de querer ya no.  Igual que nosotr@s a esa persona.  ¿Y qué?

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