Una violencia de género menos evidente

El día 25 de noviembre es el día internacional contra la violencia de género. A menudo se identifica como violencia de género o violencia machista solo  a la que ocurre en el ámbito de la pareja (que es la única que recoge la ley integral de violencia de género del 2005).  Pero el hecho es que es un fenómeno mucho más grande. Las agresiones sexuales a mujeres son violencia de género,  que nos acosen sexualmente en el trabajo  es violencia machista, la mutilación genital femenina es violencia de género, la explotación sexual es violencia de género,  etc.

Una vez hecha esta aclaración, queremos centrarnos en la violencia de género dentro de la pareja, y a su vez, poner el foco en formas de violencia que pueden no ser tan evidentes, pero que forman parte del modus operandi de muchos maltratadores y no son tan publicitadas en las campañas de prevención, haciendo que cueste más detectarlas e identificarlas.

Primero aclararemos qué entendemos por violencia. Violencia son conductas encaminadas a que otra persona no haga lo que quiere sino lo que queremos nosotr@s. El objetivo es someter a la otra persona. Cuando hablamos de violencia de género dentro de la pareja, estamos hablando de conductas o acciones encaminadas a que las mujeres no hagan lo que quieren hacer  y sean sometidas en la relación.  La punta del iceberg y la violencia más visible son los asesinatos (la mayoría se producen cuando ella quiere dejar la relación o la ha dejado).  Pero como decíamos, hay otras formas de violencia menos evidentes y más frecuentes.  Para violentar, no es necesario usar los insultos o la fuerza física.  Para que haya violencia, los medios no son tan importantes como el fin.

  • Al salir del trabajo y/o  de la universidad,  él está siempre esperándola.  Así ella no puede profundizar sus  relaciones con sus compañer@s.
  • Aunque ella haya dicho que hoy no quiere salir, él se presenta presionando para que salga.  Hay varias formas, desde que él lo haga en plan: «¡sorpresa, soy superencantador!, picándola: «qué aburrida eres»,  con chantaje emocional: «no soy suficientemente importante para tí», hasta  amenazar con ponerle los cuernos. El objetivo es el mismo: que ella no haga lo que quiere y esté a disposición de lo que le apetezca a él.
  • Cuando ella queda con su familia, amistades, entorno laboral, etc… Justo antes, durante o después se enfada por algo, se pone malo, critica esa gente o simplemente monta un lío.  Puede que diga que no es por eso, pero si este patrón se da es  porque no quiere que ella se relacione con nadie que no sea él.  Así ella será más vulnerable, él tendrá más influencia sobre ella y ella tendrá más disponibilidad para atender las necesidades de él (que desde su punto de vista son las únicas importantes).
  • Si ella tiene que terminar algún tema de trabajo, él le insiste para que hagan otra cosa juntos (las prioridades de ella no son importantes, solo las necesidades de él).
  • Él toma decisiones sobre cuestiones importantes que les afectan a ambos sin consultarlo con ella (comprar un coche,  cuentas bancarias, etc).
  • Sobrecargarla a ella con tareas.  Él puede hacerlo pidiéndole varios favores, o simplemente repartiendo de manera poco equitativa las tareas. Así, ella está estresada y cansada de atender las necesidades de él, pero no tiene tiempo para sí misma y las cosas importantes para ella.
  • Disfrazar de manías lo que en realidad son órdenes que ella debe obedecer porque si no,  él se enfada o disgusta.  Él no se hace cargo de sus manías,  porque el objetivo es demostrar el poder y que ella esté sometida a él.
  • Castigar con silencio. Cuando él se enfada deja de hablarle y le castiga con el silencio.
  • Desaparecer durante días o no contactar (cuando esa no es la dinámica habitual de la relación)  sin dar explicaciones y como si no pasase nada.
  • Discutir en presencia de los/as hijos/as  para que ella ceda.

Estos son solo algunos ejemplos de violencia de género dentro de la pareja  no tan evidentes como los insultos, las agresiones físicas y/o sexuales, el control económico o las humillaciones.  Seguro que se os ocurren más y estaremos encantadas de que amplieis esta lista con vuestros comentarios. Esperamos que sirvan para identificar mejor la parte del iceberg que está sumergida y sobre la que se asientan los asesinatos machistas. Este año en España somos 51 mujeres menos que el año pasado. En Madrid expresaremos nuestra rabia e indignación por nuestras compañeras a las 19:30 de Ópera a Sol.  Únete y dile a los maltratadores que están solos.

Campaña del Instituto Andaluz de la Mujer (2013)

Campaña del Instituto Andaluz de la Mujer (2013)

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